viernes, 23 de noviembre de 2012

LOS PERFUMES

 A simple vista, todos sabemos de qué hablamos cuando hablamos de perfumes. Una fragancia es una combinación de extractos y alcohol que, según las proporciones de cada parte, generará un aroma diferente, más o menos persistente e intenso de la fragancia. Sin embargo, la importancia de una buena fragancia va más allá de una simple definición. Los perfumes son parte de la identidad de quien los usa. Un par de gotas de fragancia puestas en el lugar correcto tiene poderes impensados. Un perfume puede resaltar una personalidad, diferenciarte de la multitud y enamorar a otra persona. Hasta puede convertir a un hombre común en un adulto con espíritu distinguido y elegante. Las fragancias, desde los tiempos más remotos, se han utilizado para que el aroma pueda conquistar y atraer. El mercado de los perfumes es tan vasto e importante que la mayoría de los diseñadores de modas más exclusivos del mundo tienen amplias gamas de fragancias en sus colecciones, otorgándole la misma importancia al perfume en el vestuario como a un par de zapatos o a la ropa misma. Una fragancia marca tendencia. Hay que saber elegir cual será el aroma que nos defina y nos represente. Al comprar una fragancia, encontraremos un abanico importante de marcas, presentaciones y envases diversos. Lo importante es prestar atención al tipo de fragancia: perfume, agua de colonia, agua de baño. Los perfumes tienen 3 bases características: por un lado están los florales (son fuertes y dulces, hechos a base de flores), los cítricos (son frescos y ligeros hechos de flores y frutas cítricas) y los orientales (a base de especias, minerales, maderas, son pesados y sensuales). Nunca compres un perfume porque olía bien en otra persona. Los perfumes son una elección personal y reaccionan de manera distinta en la piel de una persona. La química de nuestra piel hace que las fragancias se activen de manera diferentes, haciendo que tengan un tipo de duración y persistencia único en cada piel. Un buen perfume debe sentirse en todo el cuerpo. Y nada mejor que para que la botella rinda, aplicarlo en las zonas indicadas que son: detrás de las orejas y rodillas, la garganta, el pecho, en los tobillos, en las muñecas. El calor de estas zonas intensifica el aroma y nunca en el rostro. Antes de comprar una fragancia, piensa para qué la utilizarás. Ese dato te ahorrará muchos dolores de cabeza. Piensa si esa fragancia te define y si forma parte de tu personalidad. Hazte el hábito de utilizar perfumes. Una fragancia adecuada es una manera de mimarte, a tí y a tu entorno. Además, te posiciona como una persona higiénica, que se preocupa por sí misma, cuestiones que realzan tu belleza.                                                                  Fuente: losperfumes.es/

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